Argentina, Tierra Bendita (Pedro Romaniuk)

ARGENTINA TIERRA BENDITA - PEDRO ROMANIUK 
PRIMER EDICIÓN AÑO 1986

DISCOS VOLADORES SOBRE AMÉRICA - COLECCIÓN DE CIENCIA EXTRATERRESTRE

Les dejo una mínima muestra de este libro escrito por Don Pedro Romaniuk, en los años '80s. Pedro, luego del estudio de las profecías bíblicas, las de su maestro Benjamín Solari Parravicini y los mensajes de muchas personas contactadas que él investigó por 40 años... concluye que al "SUR DEL GRAN TRIÁNGULO"  (Argentina y países limítrofes) comenzará un NUEVO AMANECER para el mundo.

Argentina es una nación privilegiada en varios aspectos, pero en especial destaca por una condición que hace de ella la Tierra de Promisión anhelada por millones de seres humanos de todo el planeta. Antiguas escrituras, incluso sagradas, citan a nuestro país y a ciertos sectores linderos, como el punto de partida de la Nueva Conciencia que ya se vislumbra.

¿Qué relación existe entre lo dicho y la constante aparición, sobre nuestro territorio, de cientos de Discos Voladores? Al respecto, infinidad de testigos confiables nos han relatado un gran número de experiencias de observación y contacto, circunstancia que nos estimula a proseguir nuestra difícil tarea de investigación y difusión del tema-entre otros igualmente apasionantes y vitales para la Humanidad- denominado extraterrestre.

Los fantasmas del ridículo y del desprestigio se ciernen, groseramente manejados por los agentes del ateísmo, del escepticismo cientificista y de algunas poderosas corporaciones mundiales, sobre los individuos que hayan presenciado, o quizás protagonizado, algunos de los tantos incidentes con Discos Voladores registrados a diario en nuestro suelo y demás sectores del planeta. No es nada fácil, como jamás lo ha sido, romper con ciertos dogmas o convencionalismos que pretenden limitar, ejerciendo la más sistemática intolerancia, la libertad de búsqueda del hombre. Este libro, escrito con profundo respeto hacia los lectores, sabemos que despertará polémicas y hasta quizás nos provoque algunas "molestias", más no nos preocupa, porque la misión que hemos encarado exige que seamos fieles a la Suprema Verdad Universal... ¡a pesar de los riesgos!

Pedro Romaniuk


REPÚBLICA ARGENTINA, TIERRA BENDITA

Creemos fervientemente que la Argentina jugará un rol protagónico a nivel mundial en un futuro ya presente hoy.

Los hechos y acontecimientos que se irán produciendo precipitarán los acontecimientos cada vez más, permitiendo que un nuevo entendimiento y comprensión afloren en las mentes de los argentinos.

Mencionar que la Argentina forma parte del plan neurálgico y cíclico que le tocará vivir a la raza humana y al planeta todo, sería una simple afirmación carente de fundamento si no detalláramos los motivos que nos impulsan a hacerla. Hay una gran cantidad de hechos significativos que nos permiten afirmarlo.

Nos referimos específicamente a las continuas y asiduas visitas que nos hacen los discos voladores, así como a los muchos contactos físicos que sus tripulantes han efectuado con seres humanos en este país.

Estas visitas y contactos, hasta hace muy poco tiempo producto de fantasías y sueños para muchas personas, pasarán a ser, en el futuro ya presente, un factor no sólo disuasivo sino también persuasivo para el comportamiento bélico de todo el mundo.

Las naves extraterrestres no han actuado hasta ahora en forma muy delimitada, pero han hecho incursiones muy frecuentes a las zonas de conflicto bélico crítico, como Corea o Vietnam; los acontecimientos que se precipitan exigirán su intervención masiva. En el futuro que ya estamos viviendo, serán los sucesos en la Argentina los que provocarán, no sólo la aceptación oficial de los discos voladores, sino incluso la comprensión del verdadero fin que persiguen las conductas de las inteligencias superiores.

De aquí, como hasta hoy se hizo en pequeña escala -hemos tenido grandes hombres en el campo del deporte, la intelectualidad y la técnica científica-, también saldrá la gran verdad sobre las actitudes, para algunos irracionales, de los discos voladores.

Ya tenemos las primeras comprobaciones de la cercanía de los acontecimientos que provocarán las visitas cada vez más continuas y frecuentes, los "contactos" cada vez más comunes. Si en sectores del planeta aparece gran número de discos extraterrestres, en la Argentina se avistan flotillas muy numerosas, como el hecho ocurrido en San Luis y Mendoza del 4 de mayo de 1978. No es casualidad ni suerte, elementos que no existen en el Cosmos, y menos aún en los planes cíclicos que nos rigen, lo que determina su preferencia por este país; la explicación reside en las necesidades reales y prácticas que posee la humanidad para sobrevivir. Los elementos y recursos naturales latentes en la Argentina -el sur del Gran Triángulo- poseen magnitudes fabulosas.


Podemos clasificarlos en órdenes de distinto tipo, que resumiremos sucintamente.


1er. Tipo: Poseemos todas las diferentes fuentes de energía que mueven el mundo. Los distintos medios y sistemas dependen de dos elementos críticos: el petróleo y el uranio, que no sólo abundan en la Argentina sino que incluso poseen calidad superior.

En Medio Oriente o en otros países del mundo hay fabulosos pozos petroleros, pero en la Argentina existen lagos subterráneos de elevado rendimiento, que se extienden por millares de kilómetros cuadrados. Así ocurre en las regiones de la Antártida Argentina, Tierra del Fuego, Patagonia, Entre Ríos, Río de La Plata, Delta del Paraná, etc.

Cuando en Rusia u otros países aparecen fabulosos yacimientos de uranio, su rendimiento es estimado como muy bueno cuando alcanza el 72% del valor bruto de extracción, en tanto que en la Argentina ya hay algunos con un rendimiento del 92%. Estos depósitos podrían abastecer durante largos años a casi todos los países del mundo.

Lo mismo sucede con los recursos hídricos y mareológicos, imprescindibles para la obtención de energía eléctrica barata. Podrían hacer funcionar innúmeras usinas en todo el país, y sólamente están aprovechados en un 2% de su posibilidad total.


2do Tipo: Poseemos fuentes alimenticias de todo tipo, provenientes de una riqueza agrícola, ganadera, ictícola, etc., apenas desarrollada para el sustento de unos pocos 30 millones de habitantes. Su desarrollo podría abastecer cómodamente, sin demasiado esfuerzo, a 250 millones de seres.


3er. Tipo: Las materias primas se hallan apenas explotadas, contando con minerales de un rendimiento y una pureza muy pocas veces igualados. Nuestra industria maderera cuenta con recursos que apenas se han explotado en un 10% de sus posibilidades. Lo mismo sucede con otros elementos.


4to Tipo: Nuestra extensión territorial es muy grande. Las últimas cifras dadas por el Instituto Geográfico Argentino en 1955 la determinan en 4.025.606 kilómetros cuadrados. En esta cifra se incluyen las codiciadas tierras de las Islas Malvinas, Georgias, Orcadas y Sandwich del Sur, así como su sector antártico, que le corresponde legítimamente por derecho territorial. Estas tierras, las del sector sur son mucho más ricas en recursos naturales que lo que la mayoría de los argentinos sueñan; son ellas las que han despertado la codicia de las potencias mundiales. Estas potencias son ya el pasado, pues el tiempo demostrará fehacientemente el grado actual de desgaste que ya experimentan. Aunque se unan, como ya lo hacen a espaldas del mundo, no lograrán jamás satisfacer su codicia con nosotros. Estas palabras no son patrioterismo barato sino que obedecen a nuestro conocimiento de las inevitables leyes prefijadas en el Cosmos, arbitradas por inteligencias superiores que rigen el estilo, no sólo del sur del Gran Triángulo, sino del planeta íntegro. Es por eso que nos aventuramos a manifestar y afirmar estas alternativas para la República Argentina.

Lo que viviremos y aprenderemos en muy poco tiempo es insospechable; sólo el tiempo nos dará la razón. Está señalado que la Gran Verdad hará eclosión en el mundo surgiendo del sur del Gran Triángulo.

Luego de los muchos acontecimientos que a todos nos tocará vivir, la convulsión que hoy asuela a todos los países americanos tocará su fin.

Más sorpresiva y rápidamente que como se inició, los conflictos acabarían por completo, luego de un entendimiento definitivo que se producirá a medida que sus habitantes adquieran un nuevo estado de conciencia. Latinoamérica será finalmente un solo bloque de potencias con recursos naturales sin afanes bélicos. Pero antes deberemos vivir en carne propia las sabias lecciones de la naturaleza.

No importa que estas palabras no sean creídas por muchos, sólo importa que los que las crean tengan la suficiente paciencia como para esperar el corto plazo que nos separa de la realidad expuesta. Pero.... será luego de "un parto" muy doloroso que a todos nos afectará ya pronto.


5to Tipo: La población actual (1986), estimada en 30 millones de habitantes y que, tal como lo mencionamos anteriormente, podría ser 10 veces mayor, ¿no contiene en su configuración a la mayoría de las razas existentes del planeta? ¿No existen en la Argentina mezclas de todas las razas, tonalidades de piel, religiones, posiciones sociales, y de toda otra división artificial creada en el mundo por el hombre? ¿Acaso no poseemos los cuatro climas básicos mundiales? ¿Acaso -y dentro de su reducida población- la Argentina no ha "exportado" y continúa haciéndolo, cerebros maravillosos a todos los países del mundo? En EE.UU., en Europa y en todos los sectores del planeta siempre hubo y hay argentinos sobresalientes por sus condiciones deportivas, científicas o intelectuales.

Algunos pueden creer en la casualidad o en la suerte; nosotros no lo consideramos así, y creemos en planes elaborados por alguien que predetermina y planifica con antelación hechos y acontecimientos cíclicos, como demuestra el único documento humano -la Biblia- donde está escrito lo que pasó, sucede y se realizará.

Ese alguien mencionado son las inteligencias superiores que tripulan los discos voladores; eso afirmamos, pues incluso "sentimos" en nuestro interior, que luego de dedicar nuestra vida por más de 38 años a su investigación, llegamos a comprobar que nosotros somos los investigados, y controlados.

Los pocos datos expuestos no son sino parte de otros muchos, aun más importantes y difícilmente rebatibles que señalan la realidad de un verdadero privilegio que muchos no podrán ver o admitir. Un privilegio que obedece a algo, ya que la Suprema Creación Universal (Dios) jamás regala o quita nada a nadie. Todos están en el nivel evolutivo que alcanzaron por mérito propio.

Las fuentes de energía y las alimenticias, la importancia de la materia prima, nuestra extensión territorial y la riqueza potencial de sus habitantes nos hacen afirmar que, bien administrados y dirigidos, podremos abastecer sin problemas, no sólo a la población actual sino a los 250 millones de futuros argentinos, en un proceso que nadie podrá evitar ni demorar.

La Argentina tiene esa posición de privilegio gracias a una conquista de la raza humana. No importa cuándo ni cómo, pero obedece al designio de las inteligencias superiores. Esto implica una enorme responsabilidad frente a las leyes universales.

A breve plazo toda la humanidad vivirá graves y profundos acontecimientos; los que ocurrirán al sur del Gran Triángulo resultarán aún más sorprendentes. Por eso sus habitantes deben prepararse para vivirlos, no adquiriendo armas o implementos de defensa, ni menos aún recurriendo a técnicas místicas o esotéricas, sino preparando la mente para un nuevo amanecer del mundo.

La tierra argentina será el eje central de ese futuro ya presente, y lo hará por el camino de la paz, la bondad y el respeto al semejante y su libre albedrío.

No son conceptos casuales sino causales, y con pleno conocimiento de su profundidad, los que provocaron los eventos que vivirá la humanidad toda, pero especialmente esta tierra prometida que será la Argentina futura.

Esto es lo que provoca -repetimos- la codicia y el interés, incrementado notablemente en estos últimos años, que sienten las potencias por nosotros; codicia que quedará insatisfecha, inexorablemente.

Esta tierra será el epicentro neurálgico de la mutación que sufrirá la civilización, no sólo por el descenso y contacto directo de seres extraterrestres, sino por algo que espantará a los que no estén preparados.

Pronto, observar un disco volador será tan común como ver un avión a reacción, y los seres superiores que los tripulan serán tan comunes como los astronautas. Nubes de discos voladores descenderán de las gigantescas espacionaves que orbitan la Tierra con la finalidad exclusiva de evitar el comienzo de una tercera guerra mundial. Comprobaremos sus espectaculares poderes, sus fuerzas y tecnologías científicas, y por sobre todo su gran nivel evolutivo... que hará palidecer a los hombres más valientes. Viviremos fenómenos tan misteriosos, insólitos y espeluznantes como pueda concebir la mente humana. Pero al mismo tiempo inofensivos, ya que no se matará y destruirá a nadie. Sólo se buscará despertar la estructura mental del hombre, de modo que sean muchos más los que habiten la nueva tierra del futuro.

Muchos serán los hombres que se preguntarán cuál debe ser su actitud ante los acontecimientos que nos tocarán vivir, y lo único que podemos responderles es que actúen en fe, humildad, honestidad y sinceridad, elementos básicos del diario existir. Sólo así, con voluntad y disciplina, podemos escalar y sostenernos en la inmortal escala de la vida. Cuanto mayores esfuerzos y sacrificios experimentemos en nuestra vida, mayores logros evolutivos alcanzaremos en nuestro ciclo.

Sólo así logrará el ser humano destruir el fantasma de la muerte, miedo ancestral que nos es inculcado desde el nacimiento.

CONCLUSIONES

¿Qué nos espera?

De esta tierra más bendita que privilegiada, la Argentina, surgirá la nueva verdad del hombre que se esparcirá hacia todos los países del mundo. Será la base de sustentación imprescindible del hombre nuevo que habitará la nueva Tierra que será este mismo mundo; será una nueva era (ya iniciada) guiada por los millones de niños superinteligentes que hoy existen en todos los países y por la gran cantidad de jóvenes con nivel superior de evolución, todos los cuales darán origen al hombre nuevo.

Pero la nueva verdad no será obra de leyes dispuestas por los hombres con "mentes terrenales", ya que en la mayoría de los casos esas leyes resultarían ineficaces ante los apetitos mezquinos y las ambiciones de los dirigentes máximos de algunas potencias mundiales que tienen sus ojos puestos en la Argentina. Esa verdad se deberá a leyes cíclicas de extraordinaria perfección que se realizarán inexorablemente, ya que fueron elaboradas en el Cosmos por seres muy superiores a nosotros.

Ni los millones de hombres ambiciosos de poder, ni los millones de tanques, cañones y bombas atómicas dispuestos para cumplir sus planes de conquista, podrán torcer el destino bendito prefijado para estas tierras al sur del Gran Triángulo.

Esta afirmación -repetimos nuevamente-, no es una adivinanza ni una opinión "aventurera", y mucho menos aún una autopromoción publicitaria o económica, sino todo lo contrario. Surge de las profundas investigaciones llevadas a cabo durante toda una vida, y del gran conocimiento receptivo que proporciona el Cosmos a los que sienten y respetan dentro de sí a las leyes naturales, que los seres de mundos superiores nos recuerdan permanentemente.

Esta tierra argentina no está manchada con sangre humana, como lo está la mayor parte de Europa, Asia, África y otras regiones de América.

Todos sus habitantes deberemos vivir los momentos esenciales de una profunda mutación. Tan profunda e impactante que en un período de tiempo diez veces menor del que normalmente se necesitaría, sus mentes adquirirán un nuevo estado de conciencia.

El estado de conciencia traerá aparejado un nuevo entendimiento y comprensión, que a su vez involucrará una nueva responsabilidad que, con el tiempo, se irá extendiendo a todos los otros países. Será un "parto mental sumamente doloroso" el que viviremos en todo el territorio argentino, en un futuro no lejano. 

Mientras tanto, los apetitos de conquista que acechan sobre este suelo en algunas potencias mundiales quedarán insatisfechos, como lo demostrarán los acontecimientos que se irán produciendo en el mundo, especialmente al sur del Gran Triángulo. La imagen simbólica aparecida el 13 de julio de 1978 en infinidad de pantallas de televisión de las provincias de San Juan y Mendoza no será efectivizada, ese "hongo" atómico jamás será realidad. Solamente una tecnología electrónica como la que dominan los seres extraterrestres -no la ciencia humana- pudo ser responsable directa de este llamado de atención.

En el suelo argentino no habrá jamás explosiones de bombas atómicas ni termonucleares.

En esta tierra argentina no habrá jamás envenenamientos directos de las aguas de mares, ríos y lagos, del aire que la rodea, ni de sus pastos y sembrados que producen alimentos, ni tampoco habrá lluvias y posteriores nubes radiactivas producidas por explosiones directas en este sector.

Y no sólo hemos visto esos pequeños llamados de atención en las pantallas televisivas, sino que las volveremos a observar más adelante en otros millones de televisores, y en casi todas las provincias argentinas, sin que nada ni nadie pueda evitarlos, pues se manifestarán aun en los aparatos descompuestos, e incluso desconectados, como ya ocurrió en Inglaterra el 26 de noviembre de 1977.

La Argentina es el país donde (en 1978) se observaron mayores cantidades de discos voladores y donde hubo el mayor número de "contactos" entre los seres superiores y los hombres de la Tierra. Los mismos seguirán produciéndose, cada vez en mayor cantidad y continuidad, cuanto mayor tirantez y posibilidad de conflicto bélico se manifiesten en la zona: conflictos bélicos, económicos, sociales y de distinta naturaleza, que más que a errores de sus habitantes obedecen a las influencias de los "apetitos conquistadores" de las potencias mundiales citadas.

Las visitas extraterrestres, en casi todos los casos, nos preavisan con bastante anticipación los posibles problemas que comprometen la paz y tranquilidad física del país, situación imprescindible para el desarrollo espiritual y mental de sus habitantes, y condición necesaria para la "mutación" mencionada.

A los lectores a quienes les resulte un poco difícil aceptar la ingerencia directa de seres superiores y sus discos voladores ante la posibilidad de un conflicto nuclear, sólo les pedimos que dediquen un poco de su tiempo a indagar sobre los fenómenos misteriosos producidos en Corea, Vietnam y otros lugares de conflicto bélico. Cada vez que las situaciones allí planteadas alcanzaron niveles críticos, cuando se pensó en usar la "energía atómica para mantenimiento y salvaguarda de la paz mundial" (?) -como se hizo en Hiroshima y Nagasaki en Japón el 6 y 8 de agosto de 1945- se produjeron misteriosos accidentes. 

Los fenómenos más insólitos y desconcertantes ocurrieron en esas oportunidades, afectando a los más modernos y sofisticados colosos, los super portaaviones atómicos. "Misteriosas bolas de fuego rojizo-anaranjadas bajaron del cielo", y (en nuestra opinión) fueron las que produjeron las terroríficas explosiones, incendios y destrucciones en las corazas indestructibles, construidas con aceros especiales, de puentes y pistas de aterrizajes y despegue, que resultaron casi pulverizadas. Esos misteriosos accidentes marinos hicieron fracasar todo "intento atómico" de poner fin al conflicto bélico. Esto ocurrió, por ejemplo, en:

a) El 14 de enero de 1969 con el super-portaaviones atómico Enterprise, denominado el coloso Big E, de 83.000 toneladas, que había zarpado con la Séptima Flota para Vietnam.

b) El 19 de diciembre de 1960, con otro colosal super portaaviones atómico, el Constellation.

c) El 26 de octubre de 1966, con otro similar coloso super-portaaviones, el Oriskany, un día antes de la visita del presidente Lyndon B. Johnson a Vietnam, donde lógicamente se decidía algo sumamente importante.

d) El 29 de julio de 1967 con otro gigante similar, el Forrestal, mientras navegaba frente a Vietnam.

e) El 31 de julio de 1967 el Franklin D. Roosevelt, perteneciente como los anteriores a la Marina de Guerra de los EE. UU., tuvo "misteriosos y gravísimos" accidentes, al igual que los anteriores, con muchos muertos, heridos, desaparecidos y cuantiosas averías.

Así, por medio de similares accidentes misteriosos, cuyo alcance puede lograr una magnitud aún inconcebible e insospechable por nuestra mentalidad humana, intervendrán en el futuro ya presente las inteligencias superiores, en el caso de persistir los intentos de generar contiendas bélicas en el suelo argentino.

Ninguno de nosotros podrá jamás evitar las dudas. Sólo Dios, sus hijos que nos controlan minuciosamente y el tiempo, serán los únicos en demostrar, a muy corto plazo, indefectiblemente, la realidad de lo expuesto.

Pese a quien pese, pase lo que pase, y queden quienes deban quedar, todos veremos y viviremos ese futuro ya presente del hombre, ya sea desde la superficie terrestre o desde las alturas celestiales.

El suelo bendito argentino será lo que deba ser, pues de aquí surgirá el hombre nuevo que habitará la nueva Tierra, en la nueva era ya iniciada.

No saldrá de un fusil ni de la bomba atómica, tampoco de los odios e imposición de la fuerza bruta, pero será un "parto sumamente doloroso" de la nueva estructura mental del hombre, ya determinada cíclicamente en el Cosmos.

La paz, el amor y la fe profunda, que sólo otorga la voz de la propia conciencia interior, siempre estarán al lado y dentro de los hombres que sientan las leyes de la Suprema Creación Universal que es Dios, y que sus hijos extraterrestres nos traen del Cosmos.

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"Las Américas sangrarán. Europa sangrará después. Cada idea verá un sol de luz, América verá la verdad. Argentina será luz". (Benjamín Solari Parravicini año 1940)


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Recordando a Don Pedro Romaniuk:


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